La
alegría de la vida
Son
felices los ayeres,
De
aquella infancia pasada;
El
rio, el campo, el mango;
La
escuela, el trompo y posadas.
Fue
vivir el encanto,
Que
envuelve la naturaleza;
Vivir
lo comunitario;
Sentido
común y pragmatismo diario.
Los
juegos no eran de mesa,
Tampoco
lo eran mecánicos
No
conocí el videojuego,
Todo
imaginación, destreza.
Acceso
a libros no había,
Alguna
que otra revista;
Kalimán,
radionovelas;
Ojo
de vidrio la oía.
Como
un medio muy católico,
Que
era mi lindo terruño,
Fue
la biblia un inicio,
a la lectura incipiente.
Curiosidad
e inquietud tenía,
Desde
mis más años mozos;
Saber
del origen quería, de la injusticia imperante.
La
historia siempre ha sido,
Una
ciencia fascinante,
Conocer
sus leyes básicas,
Es
mi obligación constante.
La
novela y el ensayo,
Gozan
de plena salud,
Tienen
toda simpatía,
Si
buscas sabiduría.
El
amor tocó a mi puerta,
A
mi más temprana edad,
diecisiete
años tenía,
cuando
para mi fue mía.
Con
el tiempo y los años,
Este
amor fue madurando,
Boda
civil por supuesto,
Y
después un buen fandango.
Construimos
nuestras vidas,
Planeando
siempre estudiar,
Emigrar
a la ciudad,
Para
intentar progresar.
Nació
nuestra primer hija,
Ilusión
del corazón,
La
criamos con lo mejor,
De
los valores del mundo.
Con
el tiempo y la edad,
Nos
maduró la conciencia,
hay
que luchar ahora y siempre,
por
liberar la vida.
Estudiar
y trabajar,
Fue
de la mejor manera,
Tratar
siempre organizar,
Para
ayudar a cualquiera.
El
trabajo campesino,
Popular
y estudiantil,
Con
error y desatino,
Con
acierto va a servir.
Va
madurando la vida,
Creciendo
va la experiencia,
Toca
otra hija la puerta,
De
esta pareja querida.
Emigrar
de un lado a otro,
Ha
sido un peregrinar,
Por
un asunto o por otro,
Nunca
por suerte o azar.
Mi
esposa quería un varón,
Como
tercer hijo amado,
Terco
deseo concedido,
Sabia
la naturaleza ha dado.
Hemos
sido emprendedores,
De
negocios y política,
Siempre
nos ha acosado,
La
envidia y la injusticia.
Para
nuestra buena suerte,
La
actitud ante la vida,
Somos
rodeados de amigos,
Compañeros
de lucha activa.
Nuestro
trabajo ha rendido,
A
lo largo de los años,
Fruto
con muy buenos hijos,
Y
camaradas queridos.
Largos
años de trabajo,
Sin
titubeo o divagar,
Empecinarme
es mi estilo,
La
impaciencia mi defecto.
La
conciencia sigue firme,
Las
convicciones lo mismo;
Esto
no es ningún sofismo,
Es
la lucha al socialismo.
Leonel Manzano Sosa