lunes, 21 de julio de 2014

Pienso y luego existo

PIENSO


Las trampas de las vírgenes,

fue abierta pedofilia.

Cabras de las llanuras,

Cuentas el mal de amores.

¿cuánto vale expiar las almas?

¿con las voces del silencio?

Los tiempos de las hojas secas,

Extienden la región del aforismo.

La tuerca en el costal,

Vomita lodo morboso.

Las leyes de la materia;

Cubierta de los oceános.

El divo de las letras,

Sólo escribe en su cumpleaños.

Las nueces son el reflejo,

Del rostro que tiene el tiempo.

El cuerpo de macorina;

Aurora es de los templos.

Los jardínes y sus lociones,

Son fetiches de demagogia.

Canteras del fértil suelo;

Pasión atraen; y atenuan las ilusiones.


Y.

 

Tarciso poseyó,

Las mieles del ébano distante.

La sangre de sus sienes,

Fue playa equidistante.

Coloquio del plantío;

árboles boreales moriscos;

Navajas del frío viento;

Asolaron los ventiscos.

Los cortejos del cometa,

Gusanos en la sierra lo incendiaron.

Las fuentes del río Lerma,

De baba salpicaron.

Laran, laran larito;

Adiós, adiós, adiós;

Los milagros de San Benito.

 

Fuente de asma,

del pudor del cancerbero.

Tenor hechizo, petate macizo;

Real del monte, verbena popular;

Suelo rojizo.

¿y quién poseyó,

las mieles del ébano distante?

Tarciso.


LUEGO

 

Macario va;

Se fue a laborar aquella tibia mañana.

Se bambolea,

Al ritmo del chiflido de su canción;

Canta con el corazón.

 

Temprano;

Cuando lo despertó el gallo giro.

Somnoliento pensó;

Yá; ¡ponte al tiro!

¡pinche madre!; se dijo:

la maldición del albañil;

yo; media cuchara,

y de peón; a su compadre Casimiro.

 

Mercedes su mujer;

Temprano va al mercado por patas y mollejas.

Su hijo;

Arroja gases, fruto del plato de lentejas.

Rezando va al señor, alcance el mísero salario;

Un kilo de tortillas

Sopa y guisado imaginario.

 

Mercedes y Macario;

Amaron la pobreza.

Gozaron del sexo sin tristeza;

La cartera, nunca fue el actor de su opereta.

Los unge; el ciego vicio de nacer cantando a diario.

Mujer y hombre sencillos;

Pobreza; es la riqueza del amor.

¡Nunca calvario!


EXISTO.

 

La calenda.

Ese día;

Te soñabas con lucir;

bella Malena.

 

La imagen de la vírgen;

Impávida en sollozo.

Vestía tu cuerpo sacro,

Cual antesala de quebranto.

 

Los coros de vísperas paganas,

Ahogaban el apagado erotismo;

El sudor de tu frente,

Y el cortejo de aguantarte las ganas.

 

Malena;

Tus párpados pintados al negro natural;

Blandían el rezo del crucifijo del señor.

 

Vestías traje del folcklor multicolor.

¡oh; gran señor!

¡Malena y su esplendor!

El deseo de poseer;

Vació la próstata del pobre labrador.



Desde el Cefereso numero 2, Puente Grande Jalisco


Leonel Manzano Sosa

Preso Político y de Conciencia



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