lunes, 14 de julio de 2014

LA IRREVERENCIA DE UN JUGADOR

LA IRREVERENCIA DE UN JUGADOR.

 

En estos días de junio; dónde los cambios bruscos de clima suelen presentarse de manera sorprendente. Lo mismo sucede con la oleada de noticias que abruman nuestra mente y rutina diaria.


El fútbol está en todo; en cualquier hora del día. La televisióndisemina en danzas comerciales, toda su bilirrubinadesgastada. Lo mismo; se explota a placer, las grotescas caras que muestra “el piojo” Herrera al festejar un gol; que las subjetivas atajadas de Memo Ochoa. La parafernalia que gira en torno a la selección; raya en el “patriotismo ramplón”. La clase política explotará mientras pueda; todos los triunfos subsecuentes. De las derrotas venideras, que otros se apropien o paguen el precio en un futuro no muy lejano.


Y hoy; precisamente, en fechas 26 de junio. Recorre el ciberespacio, cabalga por el mundo de los cables, cadenas y redes informativas. Una noticia; que pasó de una aparente intrascendencia; a ser parte de una de las primeras planas de la prensa mundial.


Así es; Luis Suárez ha sido castigado por morder a un jugador. ¿cuántos partidos? ¿durante cuánto tiempo? ¡va! ¡eso qué importa! no hubiera trascendido a mayores; si el afectadohubiera sido un africano, un hondureño, un argelino. Pero no; tenía que ser un italiano. Es decir; no a cualquiera. De alguna forma; tenía que pagar el atrevimiento; la osadía de ser parte protagónica, al momento de derrotar a la orgullosa selección de Italia; al poderoso equipo europeo; el equipo del granPirlo; el caballero de la noche; al equipo amo y señor de la estrategia defensiva.


Hay que castigar la irreverencia, la desfachatez de la sangre latina. La tremenda hiperactividad de Suárez debe recibir una lección de escarmiento; aún a costa de su maravillosa habilidad para disfrutar del placer de jugar al fútbol; por el simple hecho de hacerlo. Aunque se trunque la ilusión de un ser humano; que su vida es un balón y que claramente los dioses del Paraná; le otorgaron el don de la obicuidad y el sarcasmo de burlar al oponente, y destruir ante sus ojos las redes del contrario.


Qué van a saber los amos y señores del negocio del fútbol; lo que significa la irreverencia, la ironía, el ser latinoamericano por esas tierras del sur de nuestra Patria Grande.

Luis Suárez no sabe de buenos modales; él , nació para amar su deporte; para quebrarle la cintura a sus rivales, con su gambeteo amilongado, y para escupir sus fogonazos al pecho de los contrarios.

Como acertadamente declaró el presidente Mújica; lo contrataron por ser buen jugador, no por ser “muy educado”.



Leonel Manzano Sosa

Preso político y de conciencia


Puente Grande, Jalisco. A 26 de junio de 2014




No hay comentarios.:

Publicar un comentario